El pez amarillo
de apellido murillo
un día se equivocó
y se comió un ladrillo
de apellido murillo
un día se equivocó
y se comió un ladrillo
Eso, creo, fue lo primero que escribí. A los ocho años. Cuando se lo conté a Flor me dijo algo así como: "Vos no cambiás, eh". Me dejó pensando. Y sí, tal vez esa tensión entre "pez" y "murillo" es la que me persiste hasta hoy.
Creo este espacio con el afán de dejar de prohibirme. Crayones Y Baba nació como un desboque jubiloso. Luego paulatinamente se fue transformando en un espacio rigurosísimo para mí, y casi que me dejó afuera. Kierkegaard- un tipo simpático- dice que la decisión es un momento de locura. Un arrojarse al abismo, un abismo de irracionalidad. Crayones Y Baba algo de eso tuvo. Pero luego lo alcanzó la razón. Y se quedó así en la duda aletargada. Quizás como cuando se está con el pecho inflado frente a la mujer que lo inspira y sólo salen dos o tres palabras recalentadas.
Es que sí, la literatura de ese blog es enteramente para los lectores. Escribo ahí para que me lean. En este espacio, la idea es que no sea tan así. Acá quiero permitirme libertades, caprichos. Sí, que sea un blog caprichoso. El de baba y crayones, seguirá siendo el blog "oficial". Este es una especie de patio de atrás. ¿Más mío? No sé, veamos.
5 comentarios:
Le abriste una ventana al niño que te estaba gimoteando.
viva!
linda la decisión complaciente a los caprichos patriciosos.
me gustó pasear por este otro jardín.
aye.
Orale. Pues chido, ahora si vamos a ver tus demonios.
Entonces esto vendria a ser como el Sgt Peppers de los beatles... que tanta metafora... es como cuando estas de novio serio y necesitas salir de putas para recordarte que tambien te gusta la joda...
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